CICLO C
MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos hermanos a la Casa del Señor.
Hoy empezamos los cristianos un nuevo año litúrgico con el I Domingo de Adviento, tiempo de espera. Desde hoy hasta el día del Bautismo del Señor, el domingo siguiente a la Epifanía, van a ser unas seis semanas de "tiempo fuerte" en que celebramos la misma Buena Noticia: la venida del Señor.
Cuando todos están hablando de las últimas semanas del año, nosotros hablamos de las primeras. Y se notará por las lecturas y las oraciones, así como la ambientación especial de las iglesias, los colores litúrgicos y por el tipo de los cantos. También por las velas de la "corona de Adviento", que se encienden sucesivamente a lo largo de este tiempo inicial del Adviento.
Nosotros comencemos la espera del Señor, poniéndonos de pie y entonando el canto de entrada...
LECTURAS
PRIMERA LECTURA: Isaías, muchos años antes de la llegada de Jesús, anuncia con precisión la misión del Salvador, logrará que "ya no alzará la espada pueblo contra pueblo, ya no se adiestraran para la guerra". Escuchemos.
SEGUNDA LECTURA: San Pablo nos traza el camino de una vida nueva en Cristo, "desechemos las obras de las tiniebla y revistámonos con las armas de la luz", porque nuestra salvación está cerca. Escuchemos.
EVANGELIO: El evangelio de hoy es una invitación a la vigilancia. Las palabras de Jesús son para todos; lo posible para que toda la familia viva el Adviento en vigilancia y reciba al Señor con Alegría. Escuchemos.
OFRENDAS: Con las ofrendas de pan y vino, ofrezcamos al Señor nuestras angustias y preocupaciones, confiados en que sus promesas se cumplirán. Cantemos
ORACIÓN UNIVERSAL
SAC.: Oremos, hermanos, al Señor y pidámosle confiadamente que despierte su poder y venga a salvarnos. A cada petición diremos:
TODOS: Ven, Señor Jesús.
SAC.: Dios misericordioso, que enviaste a tu Hijo al mundo para que nos instruyera en tus caminos, anduviéramos por tus sendas y todas las naciones se reunieran en la montaña santa de tu reino, escucha nuestra oración y despierta en nosotros un deseo tan vivo de tu venida, que, avanzando por la senda de tus mandatos, lleguemos a contemplar en su gloria al que ha de venir, Jesucristo nuestro Señor. Él que vive y reina por los siglos de los siglos
TODOS: Amén