XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

CICLO C

MONICIÓN DE ENTRADA

Queridos hermanos. Nos llena de mucha alegría recibirles en la casa de Dios para la celebración eucarística, en el trigésimo domingo del Tiempo Ordinario. Sean todos bienvenidos.

Si las lecturas del domingo pasado nos invitaban a orar con insistencia, hoy nos piden hacerlo con humildad para que nuestras plegarias sean escuchadas.  Con esa misma actitud humilde, reconociendo nuestra necesidad de Dios, comencemos la celebración de estos misterios. De pie, cantamos

 LECTURAS

PRIMERA LECTURA: La primera lectura nos presenta algunas orientaciones  acerca del poder de la oración hecha con humildad; subraya que Dios escucha con gusto la oración del pobre, el oprimido, el huérfano y la viuda. Escuchemos. 

SEGUNDA LECTURA:  San Pablo nos describe cómo llega al final de la vida, "he combatido el buen combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe". Ahora solo espero la corona de los justos con la que Dios me premiará. Escuchemos.

EVANGELIO:  En el Evangelio escucharemos dos formas de orar, una incorrecta y otra sencilla  y valida. El mensaje es "para algunos que se tenían como justos y despreciaban a los demás". Escuchemos

 OFRENDAS: Ahora llevemos con humildad nuestros dones al altar, y con ellas, las súplicas de los más desprotegidos de nuestra sociedad

ORACIÓN UNIVERSAL

SAC.:  Confiados en que la oracion de los pobres llega hasta el Señor, elevemos con humildad nuestras peticiones a Dios. Oremos diciendo:

TODOS:  Escúchanos, Señor, y acrecienta nuestro amor. 

  1. Para que el Señor conceda el espíritu de consejo, fortaleza, ciencia y piedad al Papa León XIV, a nuestro obispo N. y a todos los pastores de la Iglesia. OREMOS.
  2. Para que los gobiernos de las naciones edifiquen sus comunidades en la paz, equilibrando toda desigualdad injusta. OREMOS.
  3. Para que el Señor alivie los dolores de los que sufren en el cuerpo o en el espíritu y les dé fuerza para no desfallecer ante la tribulación. OREMOS.
  4. Para que los médicos, en el ejercicio de su profesión, sean para los enfermos presencia eficaz del amor misericordioso del Padre. OREMOS.
  5. Para que mantenga a nuestras familias firmes en la concordia y seguras en su gracia y amistad. OREMOS.

SAC.:  Dios nuestro, que no miras la fama de los hombres ni te dejas influir por nadie en perjuicio de los pobres, míranos a nosotros, tus siervos, que, como el publicano, no nos atrevemos a levantar la mirada hacia ti, haz que, humillados como él, seamos enaltecidos en tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

TODOS: Amén