XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

CICLO C

MONICIÓN DE ENTRADA

Queridos hermanos, nos da mucha alegría tenerles aquí reunidos para la celebración de esta Santa Misa, en el vigésimo octavo domingo del tiempo ordinario.

La Eucaristía es una acción de gracias a Dios. Hoy la Palabra que escucharemos nos llama a ser agradecidos con Dios por todo lo que hace en nuestra vida. Dispuestos a dejarnos instruir por Dios, comencemos esta celebración. De pie, cantamos

 LECTURAS

PRIMERA LECTURA: La primera lectura narra la curación del leproso Naamán, general Sirio. Primero  se resiste a obedecer a Eliseo; curado de la lepra, pide tierra para levantar un altar y alabar en su patria al único Dios. Escuchemos. 

SEGUNDA LECTURA:  San Pablo predica el centro de la fe, Cristo resucitó y está vivo. Por esta verdad sufre, pero sigue adelante porque la palabra de Dios no está encadenada; quiere que llegue a los elegidos para que se salven. Escuchemos.

EVANGELIO El Evangelio de hoy narra la oracion de los diez leprosos; "Jesús, maestro, ten compasión de nosotros". Jesús se admira porque al verse curados, solo el extranjero volvió a dar gloria a Dios. Escuchemos. 

 OFRENDAS:  Llevemos ahora al altar el Pan y el Vino, como una muestra de acción de gracias con Jesús. Cantemos

ORACIÓN UNIVERSAL

SAC.: Llenos de confianza en el Señor, oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades. Digamos con fe:

TODOS:  Haz, Señor, que caminemos por tu senda. 

  1. Por la Iglesia en España y en América, para que sea fiel a la fe transmitida y recibida y luche siempre por la justicia y la paz. OREMOS. 
  2. Por los gobernantes y ciudadanos, para que Dios conceda prudencia y honradez a todos, a fin de que se mantengan la armonía y la justicia en la sociedad. OREMOS.
  3. Por los trabajadores, para que el Señor bendiga sus esfuerzos y haga que la tierra dé frutos abundantes para todos. OREMOS. 
  4. Por nosotros, para que Dios nos permita que, en la hora de nuestra muerte, nos sintamos confiados y con una gran paz, lleguemos a la vida feliz y eterna. OREMOS

SAC.:  Dios nuestro, fuente y origen de la vida temporal y eterna escucha las oraciones de tu Iglesia y haz que no busquemos únicamente la salud del cuerpo, que los que nos hemos reunido este domingo volvamos para alabarte; por el don de la fe, y que toda la Iglesia sea testigo de la salvación que tú obras continuamente en Cristo, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

TODOS: Amén